hacia arriba composición III Pintor ruso cuya investigación sobre las posibilidades de la abstracción le sitúan entre los innovadores más ...



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composición III



Pintor ruso cuya investigación sobre las posibilidades de la abstracción le sitúan entre los innovadores más importantes del arte moderno. Desempeñó un papel fundamental, como artista y como teórico, en el desarrollo del arte abstracto.

Nacido en Moscú el 4 de diciembre de 1866, estudió pintura y dibujo en Odessa, y derecho y economía en la Universidad de Moscú. Con 30 años se trasladó a Munich para iniciarse como pintor. Aunque sus primeras obras se enmarcan dentro de una línea naturalista, a partir de 1909, después de un viaje a París en el que quedó profundamente impresionado por las obras de los fauvistas y de los postimpresionistas, su pintura se hizo más colorista y adquirió una organización más libre. Murnau, la salida a Johannstrasse (1908) y Pintura con tres manchas (1914), ambas en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid (España), son dos de las obras que realizó en Munich antes de volver a Rusia tras el comienzo de la I Guerra Mundial.

Hacia 1913 comenzó a trabajar en las que serían consideradas como las primeras obras totalmente abstractas dentro del arte moderno, no hacían ninguna referencia a objetos del mundo físico y se inspiraban en el mundo de la música, del que tomaban los títulos. En 1911 formó, junto con Franz Marc y otros expresionistas alemanes, el grupo Der Blaue Reiter (el jinete azul, nombre que procede de la predilección que profesaba Kandinsky por el color azul y el amor que sentía Marc por los caballos).

Durante ese periodo realizó tanto obras abstractas como figurativas, caracterizadas todas ellas por el brillante colorido y la complejidad del diseño. Su influencia en el desarrollo del arte del siglo XX se hizo aún mayor a través de sus actividades como teórico y profesor.

En 1912 publicó De lo espiritual en el arte, primer tratado teórico sobre la abstracción, que difundió sus ideas por toda Europa. Fue también profesor en la Academia de Bellas Artes de Moscú entre 1918 y 1921, y entre 1922 y 1933 de la Bauhaus en Dessau, Alemania. Después de la I Guerra Mundial sus abstracciones se volvieron cada vez más geométricas, a medida que se alejaba del estilo fluido de su primera época para introducir trazos de perfil muy marcado y diseños claros.

Composición VIII (1923, Museo Guggenheim, Nueva York, Estados Unidos), por ejemplo, es un armónico conjunto de líneas, círculos, arcos y otras formas geométricas simples. En obras muy posteriores como Círculo y cuadrado (1943, colección privada) su estilo se hace más elegante y complejo y logra, así, obras de un bellísimo equilibrio. Fue uno de los artistas más influyentes de su generación. Como uno de los primeros exploradores de los principios de la abstracción no representacional o pura, puede considerársele uno de los pintores que sembró la semilla del expresionismo abstracto, escuela de pintura dominante desde la II Guerra Mundial.

Murió el 13 de diciembre de 1944 en Neuilly-sur-Seine, en las afueras de París.



Un Hombre, su caballo y su perro iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados...

Un Hombre, su caballo y su perro iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales( a veces los muertos andan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición…)

La carretera era muy larga y colina arriba. El sol era muy intenso, y ellos estaban sudados y sedientos.

En una curva del camino vieron un magnífico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro.
El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada y entabló con él, el siguiente diálogo:

Buenos días.
Buenos días – Respondió el guardián
¿ Cómo se llama este lugar tan bonito?.

Esto es el cielo.

Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos!
Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera. Y el guardián señaló la fuente.
Pero mi caballo y mi perro también tienen sed…
Lo siento mucho – Dijo el guardián – pero aquí no se permite la entrada a los animales.

El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber sólo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante.
Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puerta vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles..

A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero. Posiblemente dormía.
Buenos días – dijo el caminante.
El hombre respondió con un gesto de la cabeza.
Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y yo
Hay una fuente entre aquellas rocas – dijo el hombre, indicando el lugar.
Podéis beber toda el agua como queráis.
El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed.
El caminante volvió atrás para dar gracias al hombre
Podéis volver siempre que queráis – Le respondió éste.
A propósito ¿Cómo se llama este lugar? – preguntó el hombre.
CIELO.
¿El Cielo? Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!
Aquello no era el Cielo. Era el Infierno – contestó el guardián.
El caminante quedó perplejo.
Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡ Esta información falsa debe provocar grandes confusiones! – advirtió el caminante.
De ninguna manera! – increpó el hombre
En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos…



Una joven nube nació en medio de una gran tempestad en el mar Mediterráneo. Pero casi no tuvo tiempo de crecer allí, pues un fuerte viento ...


Una joven nube nació en medio de una gran tempestad en el mar Mediterráneo. Pero casi no tuvo tiempo de crecer allí, pues un fuerte viento empujó a todas las nubes en dirección a África.


No bien llegaron al continente, el clima cambió: un sol generoso brillaba en el cielo y abajo se extendía la arena dorada del desierto dell Sahara. El viento las continuó empujando en dirección a los bosques del sur, ya que en el desierto casi no llueve.


Entretanto, así como sucede con los jóvenes humanos, también sucede con las jóvenes nubes: la nuestra decidió desgarrarse de sus padres y de sus más viejos amigos para conocer el mundo.


-¿Qué estás haciendo? - protestó el viento. - ¡El desierto es todo igual! ¡Regresa a la formación y vayamos hasta el centro de África, donde existen montañas y árboles deslumbrantes!


Pero la joven nube, rebelde por naturaleza, no obedeció. Poco a poco fue bajando de altitud hasta conseguir planear en una brisa suave, generosa, cerca de las arenas doradas. Después de pasear mucho, se dio cuenta de que una de las dunas le estaba sonriendo.


Vio que ella también era joven, recién formada por el viento que acababa de pasar. Y al momento se enamoró de su cabellera dorada.


- Buenos días - dijo. - ¿Cómo se vive allá abajo?


- Tengo la compañía de las otras dunas, del sol, del viento y de las caravanas que de vez en cuando pasan por aquí. A veces hace mucho calor, pero se puede aguantar. ¿Y cómo es vivir allí arriba?

-También existen el viento y el sol, pero la ventaja es que puedo pasear por el cielo y conocer muchas cosas.


- Para mí la vida es corta - dijo la duna. - cuando el viento vuelva de las selvas, desapareceré, - ¿Y esto te entristece?


- Me da la impresión de que no sirvo para nada.


- Yo también siento lo mismo. En cuanto pase un viento nuevo, iré hacia el sur y me transformaré en lluvia. Mientras tanto, éste es mi destino. La duna vaciló un poco, pero terminó diciendo:


- ¿Sabes que aquí en el desierto decimos que la lluvia es el Paraíso?


- No sabía que podía transformarme en algo tan importante - dijo la nube, orgullosa.


- Ya escuché varias leyendas contadas por viejas dunas. Ellas dicen que, después de la lluvia, quedamos cubiertas por hierbas y flores. Pero yo nunca sabré lo que es eso, porque en el desierto es muy difícil que llueva.


Ahora fue la nube la que vaciló. Pero enseguida volvió a abrir su amplia sonrisa:


- Si quieres, puedo cubrirte de lluvia. Aunque acabo de llegar, me he enamorado de ti, y me gustaría quedarme aquí para siempre.


- Cuando te vi por primera vez en el cielo también me enamoré - dijo la duna. - Pero si tú transformas tu linda cabellera blanca en lluvia, terminarás muriendo.


- El amor nunca muere - dijo la nube.- Se transforma. Y yo quiero mostrarte el Paraíso.


Y comenzó a acariciar a la duna con pequeñas gotas. Así permanecieron juntas mucho tiempo hasta que apareció un arco iris.


Al día siguiente, la pequeña duna estaba cubierta de flores. Otras nubes que pasaban en dirección a África pensaban que allí estaba la parte de bosque que estaban buscando, y soltaban más lluvia. Veinte años después, la duna se había transformado en un oasis, que refrescaba a los viajeros con la sombra de sus árboles.


Todo porque, un día, una nube enamorada no había tenido miedo de dar su vida por amor.

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